jueves, 23 de enero de 2014

El juez investiga el fuego en la Quinta de Reposo





Un Juzgado de Instrucción de Las Palmas de Gran Canaria ha incoado diligencias previas penales para esclarecer las circunstancias, en las que se declaró un incendio el pasado viernes en la Quinta de Reposo de Santa Brígida, municipio englobado en el partido judicial capitalino.

El paciente que supuestamente provocó el fuego -M.A.R., un profesional liberal vecino de La Angostura (Santa Brígida) de 38 años que ingresó con una crisis nerviosa tras una disputa familiar – se encuentra ingresado en el Hospital Negrín desde el mismo viernes con quemaduras de tercer grado en el 75% de su superficie corporal total y con pronóstico «muy grave», según el parte del Servicio Canario de Salud.
Las primera pesquisar abiertas por la Guardia Civil apuntan a que el paciente fue ingresado en una habitación y atado de pies y manos a la cama porque su conducta se estaba mostrando muy violenta. Así y todo, se cree que o bien introdujo consigo un mechero y un cigarrillo o alguien –tal vez otro enfermo– le suministró. El caso es que el afectado se puso a fumar en la cama, y al caerle el cigarrillo de los labios y no tener las manos libres, no pudo evitar que se provocara el incendio.

El fuego fue controlado antes de que pasara a otras dependencias de la Quinta de Reposo, y sólo resultó herido el citado paciente y el enfermero que acudió para liberarlo de sus ataduras y ponerlo a salvo. Este último sólo tenía pequeños síntomas de asfixia por inhalación de humo y el mismo viernes fue dado de alta.
El Juzgado intenta determinar con exactitud qué ocurrió en el sanatorio y determinar si existen indicios de negligencia por parte de los responsables del centro, que ocupa una vieja casona señorial del siglo XVIII y es sanatorio desde 1930.

Interrogantes.... ¿...? Cuando un paciente está contencionado no puede tener mechero ni tabaco y mucho menos que lo pueda visitar otro paciente (...)

1 comentario:

  1. Una enfermera de práctica26 de enero de 2014, 19:18

    No se la aconsejo a nadie. No haya apenas personal. Los pacientes están en la más absoluta indefensión, dado que "cuasi" nadie se entera de los medicamentos que se le van dando y la mayoría salen peor de cuando entraron. Se les dan permiso de salida e incluso a pacientes que van totalmente dopados. Se les ven por el pueblo de Santa Brígida pidiendo dinero, o bien tirados en los bancos. Gente que han trabajado allí, han contado inclusive que al ser un hospital mixto, ha presenciado relaciones entre pacientes.... (…) Y si van por la noche, aquello parece fantasmal, pues no hay ni una luz fuera del hospital, con el riesgo de que familiares o los mismos pacientes se puedan caer por el mal estado que está la zona del aparcamiento hacia la subida del hospital (...)

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