Nuestro objetivo principal es publicar cualquier negligencia o indefensión que puedan sufrir las personas que acuden a un centro, clínica u hospital. Que se publiquen todas las negligencias médicas. Si has sufrido cualquier tipo de negligencias, o te has sentido maltratado por médicos, enfermeros, tanto pacientes como sus familiares. Si has vivido el abandono dentro de centros psiquiátricos, o eres conocedor de algún caso, no dudes en contarlo.
jueves, 30 de enero de 2014
La multitarea
«La mirada de Elsa» es la sección del programa Redes en la que Elsa Punset analiza de cerca la realidad y ahonda en las emociones humanas para que comprendamos mejor lo que nos rodea y lo que nos pasa por dentro.
Este es el vídeo de «La mirada de Elsa» correspondiente al capítulo de Redes «El ordenador del futuro»
Enfermedad mental y estigma
La persona con enfermedad mental debe afrontar una doble dificultad para
recuperarse: la enfermedad en sí y los prejuicios y discriminaciones
que recibe por padecerla. Es el estigma social, una carga de sufrimiento
que incrementa innecesariamente los problemas de la enfermedad y
constituye uno de los principales obstáculos para el éxito del
tratamiento y de la recuperación.
Los sentimientos de vergüenza y estigmatización que provoca esta enfermedad
entre quienes la padecen y sus familiares son la causa de que
actualmente muchos enfermos y enfermas no estén diagnosticados/as ni
tratados/as, especialmente al comienzo del trastorno, cuando el éxito
del tratamiento es mayor. Asimismo, el miedo y la aversión de la
sociedad cierra muchas puertas a estas personas: sanitarias, laborales,
de vivienda o de relaciones sociales.
El origen del estigma está en estereotipos y mitos injustos heredados de siglos de incomprensión hacia la enfermedad mental.
El silencio que la rodea y que la ha convertido en tabú ha mantenido el
estereotipo, que es una idea o imagen aceptada de común acuerdo por la
sociedad y que permanece invariable. La reiteración de esos estereotipos
ha creado sólidos prejuicios, que se ven reflejados en pensamientos y
actitudes arbitrarias o parciales respecto de la enfermedad o las
personas que la padecen, sin analizar si existe alguna razón que lo
justifique.
Finalmente, el prejuicio se plasma en la discriminación,
por la cual individuos o grupos de una sociedad privan a otros de sus
derechos o beneficios y les dan un trato de inferioridad. En un
principio, la estigmatización tendría un carácter originariamente moral,
pero con serias consecuencias, ya que se identifica al grupo segregado
con el estigma mismo. Al tratar a la persona con enfermedad mental, se
hace exclusivamente según su enfermedad, no como una persona como otra
cualquiera.
La palabra “Estigma” proviene del griego y significa “atravesar, hacer un agujero”.
El término fue creado para referirse a signos corporales con los que
se intentaba exhibir algo malo, como a los esclavos y los ladrones a
quienes se estigmatizaba con hierro candente. El término se ha empleado a
lo largo de los siglos para indicar que ciertos diagnósticos despiertan
prejuicios contra las personas. Por ejemplo, durante la Edad Media, un
grupo discriminado fue el de quienes padecían lepra. Más recientemente, a
quienes padecen cáncer o sida. La discriminación a las personas con
enfermedad mental ha sido una constante a lo largo de los siglos.
Enfermedades Mentales
Enfermedades
mentales, afecciones o síndromes psíquicos y conductuales. En general, son
causa de angustia y deterioro en importantes áreas del funcionamiento psíquico,
afectando al equilibrio emocional, al rendimiento intelectual y a la adaptación
social. A través de la historia y en todas las culturas se han descrito
diferentes tipos de trastornos, pese a la vaguedad y a las dificultades que
implica su definición.
A lo largo de
la historia, y hasta tiempos relativamente recientes, la locura no era
consideraba una enfermedad sino un problema moral —el extremo de la depravación
humana— o espiritual —casos de maldición o de posesión demoníaca. Después de
unos tímidos inicios durante los siglos XVI y XVII, la psiquiatría empezó a ser
una ciencia respetable en 1790, cuando el médico parisino Philippe Pinel
decidió quitar las cadenas a los enfermos mentales, introdujo una perspectiva
psicológica y comenzó a hacer estudios clínicos objetivos. A partir de
entonces, y desde que se inició el trabajo en los manicomios, se definirían los
principales tipos de enfermedades mentales y sus formas de tratamiento.
CLASIFICACIÓN
La
clasificación de los trastornos mentales es todavía inexacta y varía según las
escuelas y doctrinas psicopatológicas. Para uniformar criterios, la Organización Mundial
de la Salud
(OMS) creó la DSM,
clasificación universal de los trastornos mentales que ha conocido hasta la
fecha varias versiones.
La mayoría de
los sistemas de clasificación reconocen los trastornos infantiles (por ejemplo,
el retraso mental) como categorías separadas de los trastornos adultos.
Igualmente, distinguen entre trastornos orgánicos, los más graves provocados
por una clara causa somática, fisiológica, relacionada con una lesión
estructural en el cerebro, y trastornos no orgánicos, a veces también
denominados funcionales, considerados más leves.
Partiendo de la
distinción en función de la gravedad y de la base orgánica, se diferencian los
trastornos ‘psicóticos’ de los ‘neuróticos’. De forma general,
psicótico implica un estado en el que el paciente ha perdido el contacto con la
realidad, mientras que neurótico se refiere a un estado de malestar y ansiedad,
pero sin llegar a perder contacto con la realidad. Los más comunes son: la
esquizofrenia, la mayor parte de los trastornos neurológicos y cerebrales
(demencias) y las formas extremas de la depresión (como la psicosis
maniaco-depresiva). Entre las neurosis, las más típicas son las fobias, la
histeria, los trastornos obsesivo-compulsivos, la hipocondría y, en general,
todos aquellos que generan una alta dosis de ansiedad sin que exista una
desconexión con la realidad.
·
TRASTORNOS
DE LA INFANCIA
Algunos trastornos mentales se
hacen evidentes por primera vez durante la infancia, la pubertad o la
adolescencia.
El retraso mental se caracteriza por la incapacidad para
aprender con normalidad y llegar a ser independiente y socialmente responsable
como las personas de la misma edad y cultura. Los individuos con un cociente
intelectual inferior a 70 se consideran retrasados en cuanto a su inteligencia.
La hiperactividad, desorden que parte de un déficit en la atención
y la concentración, se traduce en un exceso de ímpetu en el individuo que la
padece, haciéndole incapaz de organizar y terminar su trabajo, de seguir
instrucciones o perseverar en sus tareas, debido a una inquietud constante y
patológica.
Los trastornos ansiosos comprenden el miedo a la separación (abandono
de la casa o de los padres), a evitar el contacto con los extraños y, en
general, un comportamiento pusilánime y medroso.
Otros trastornos mentales se caracterizan por la distorsión simultánea
y/o progresiva de varias funciones psíquicas, como la atención, la percepción,
la evaluación de la realidad y la motricidad. Un ejemplo es el autismo infantil, trastorno caracterizado por el
desinterés del niño hacia el mundo que le rodea.
Algunos problemas del comportamiento pueden ser: la bulimia, la anorexia
nerviosa, los ‘tics’, la tartamudez y demás trastornos del habla y la enuresis
(incapacidad de controlar la micción, generalmente por las noches).
·
TRASTORNOS
ORGÁNICOS MENTALES
Este grupo de trastornos se
caracteriza por la anormalidad psíquica y de la
conducta asociada a deterioros transitorios o permanentes en el
funcionamiento del cerebro. Los desórdenes presentan diferentes síntomas según
el área afectada o la causa, duración y progreso de la lesión. El daño cerebral
procede de una enfermedad orgánica, del consumo de alguna droga lesiva para el
cerebro o de alguna enfermedad que lo altere indirectamente por sus efectos
sobre otras partes del organismo.
Los síntomas asociados a los
trastornos orgánicos mentales podrán ser el resultado de un daño orgánico o la
reacción del paciente a la pérdida de capacidades mentales. Ciertos trastornos
presentan como característica principal el delirio
o un estado de obnubilación de la conciencia que impide mantener la atención,
acompañado de errores perceptivos y de un pensamiento desordenado e inadaptado
a la realidad.
Otro síntoma frecuente de los
trastornos orgánicos como la enfermedad de Alzheimer,
es la demencia, caracterizada por fallos en la memoria, el pensamiento, la
percepción, el juicio y la atención, que interfieren con el funcionamiento
ocupacional y social. La demencia senil se da
en la tercera edad y produce alteraciones en la expresión emocional (apatía
creciente, euforia injustificada o irritabilidad).
n
La enfermedad de Alzheimer. enfermedad degenerativa
progresiva del cerebro caracterizada por la desorientación y la pérdida de
memoria, de atención y de la capacidad de raciocinio. Se considera la primera
causa de demencia en la vejez. Fue descrita por primera vez por el
neuropatólogo alemán Alois Alzheimer en 1906. La incidencia de la enfermedad
aumenta con la edad, pero no hay pruebas de que su origen esté en el proceso de
envejecimiento.
La causa de esta enfermedad no
se ha descubierto, aunque se dispone de terapia paliativa. La capacidad de los
médicos para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer se ha incrementado en los
últimos años, pero sigue siendo un proceso de eliminación en el que el
diagnóstico final sólo se puede confirmar mediante la autopsia.
Durante la autopsia de pacientes
de Alzheimer se observa pérdida de neuronas en las áreas cerebrales asociadas
con las funciones cognitivas. Las lesiones características de esta enfermedad
consisten en la formación de proteínas anómalas conocidas como placas seniles y
degeneración neurofibrilar. Se ha logrado identificar la naturaleza de estas
proteínas anómalas y la localización de los genes que producen la proteína
precursora. La enfermedad de Alzheimer también se caracteriza por un importante
déficit de neurotransmisores cerebrales, las sustancias químicas que trasmiten
los impulsos nerviosos, en particular la acetilcolina, vinculada con la
memoria. La cuestión científica más importante que se plantea respecto a la
enfermedad de Alzheimer se centra en averiguar cuál es la causa de que
determinados tipos de neuronas sean vulnerables y mueran. Muchos investigadores
están tratando de responder a esta pregunta a través de estudios que analizan
los efectos potenciales de factores genéticos, toxinas, agentes infecciosos,
anomalías metabólicas, y una combinación de estos factores. Los hallazgos
recientes señalan que un pequeño porcentaje de los casos de enfermedad de
Alzheimer puede ser hereditario.
Demencia senil, forma clínica de deterioro
intelectual del anciano. Alrededor de un 10% de todas las personas mayores de
65 años sufren un deterioro intelectual significativo. Aunque una quinta parte
de los casos se debe a causas que pueden ser tratadas, como por ejemplo reacciones indeseables a fármacos, la mayoría
padecen enfermedades degenerativas, en especial la enfermedad de Alzheimer.
La demencia senil se inicia con
fallos en la atención y la memoria, pérdida de habilidades matemáticas,
irritabilidad, pérdida del sentido del humor y desorientación, tanto temporal,
como espacial.
·
TRASTORNOS
DE LA AFECTIVIDAD
Son aquellos trastornos en los
que el síntoma predominante es una alteración del estado de ánimo. El más
típico, la depresión, se caracteriza por la
tristeza, el sentimiento de culpa, la desesperanza y la sensación de inutilidad
personal. Su opuesta, la manía, se caracteriza por un ánimo exaltado,
expansivo, megalomaníaco y también cambiante e irritable, que se alterna casi
siempre con el estado depresivo.
Síntomas de depresión y manía
No todas las personas que están en fases depresivas o maníacas padecen de todos los síntomas. Algunas padecen de unos pocos síntomas, otras tienen muchos. La gravedad de los síntomas varía según la persona y también puede variar con el tiempo.Depresión
·
Estado de ánimo
triste, ansioso o "vacío" en forma persistente.
·
Sentimientos de
desesperanza y pesimismo.
·
Sentimientos de culpa,
inutilidad y desamparo.
·
Pérdida de interés o
placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban, incluyendo la
actividad sexual.
·
Disminución de
energía, fatiga, agotamiento, sensación de estar "en cámara lenta."
·
Dificultad para
concentrarse, recordar y tomar decisiones.
·
Insomnio, despertarse
más temprano o dormir más de la cuenta.
·
Pérdida de peso,
apetito o ambos, o por el contrario comer más de la cuenta y aumento de peso.
·
Pensamientos de muerte
o suicidio; intentos de suicidio.
·
Inquietud,
irritabilidad.
·
Síntomas físicos
persistentes que no responden al tratamiento médico, como dolores de cabeza,
trastornos digestivos y otros dolores crónicos.
Manía
·
Euforia anormal o
excesiva.
·
Irritabilidad inusual.
·
Disminución de la
necesidad de dormir.
·
Ideas de grandeza.
·
Conversación excesiva.
·
Pensamientos
acelerados.
·
Aumento del deseo
sexual.
·
Energía excesivamente
incrementada.
·
Falta de juicio.
·
Comportarse en forma
inapropiada en situaciones sociales.
Causas de la depresión
Algunos tipos de depresión tienden a afectar miembros de la
misma familia, lo cual sugeriría que se puede heredar una predisposición
biológica. Esto parece darse en el caso del trastorno bipolar. Los estudios de
familias con miembros que padecen del trastorno bipolar en cada generación, han
encontrado que aquellos que se enferman tienen una constitución genética algo
diferente de quienes no se enferman. Sin embargo, no todos los que tienen la
predisposición genética para el trastorno bipolar lo padecen. Al parecer, hay
otros factores adicionales que contribuyen a que se desencadene la enfermedad:
posiblemente tensiones en la vida, problemas de familia, trabajo o estudio.
En
algunas familias la depresión severa se presenta generación tras generación.
Sin embargo, la depresión severa también puede afectar a personas que no tienen
una historia familiar de depresión. Sea hereditario o no, el trastorno
depresivo severo está a menudo asociado con cambios en las estructuras o
funciones cerebrales.
Las
personas con poca autoestima se perciben a sí mismas y perciben al mundo en
forma pesimista. Las personas con poca autoestima y que se abruman fácilmente
por el estrés están predispuestas a la depresión. No se sabe con certeza si
esto representa una predisposición psicológica o una etapa temprana de la
enfermedad.
En los
últimos años, la investigación científica ha demostrado que algunas
enfermedades físicas pueden acarrear problemas mentales. Enfermedades tales
como los accidentes cerebro-vasculares, los ataques del corazón, el cáncer, la
enfermedad de Parkinson y los trastornos hormonales, pueden llevar a una
enfermedad depresiva. La persona enferma y deprimida se siente apática y sin
deseos de atender a sus propias necesidades físicas, lo cual prolonga el
periodo de recuperación. La pérdida de un ser querido, los problemas en una
relación personal, los problemas económicos, o cualquier situación estresante
en la vida (situaciones deseadas o no deseadas) también pueden precipitar un
episodio depresivo. Las causas de los trastornos depresivos generalmente
incluyen una combinación de factores genéticos, psicológicos y ambientales.
Después del episodio inicial, otros episodios depresivos casi siempre son
desencadenados por un estrés leve, e incluso pueden ocurrir sin que haya una
situación de estrés.
·
TRASTORNOS
PARANOIDES
Su síntoma principal son las
ideas delirantes (creencia falsa, firmemente asentada, y resistente por ello a
la crítica) y las más típicas son las de persecución (se considera víctima de
una conspiración), las de grandeza (el sujeto se cree de ascendencia noble,
principesca, santa, genial e incluso divina) o las celotípicas (celos
desmedidos). En cualquier caso, la personalidad paranoide es defensiva, rígida,
desconfiada y egocéntrica, por lo que tiende a aislarse y puede llegar a ser
violentamente antisocial. Este trastorno normalmente suele iniciarse en la
mitad o al final de la vida, destruyendo las relaciones sociales, sobre todo
las de pareja.
·
TRSTORNOS
DE ANSIEDAD
La ansiedad es el síntoma
predominante en dos casos: los desórdenes que suponen pánico ante situaciones
concretas y los trastornos ansiosos generalizados.
En las fobias y las neurosis
obsesivo-compulsivas, el pánico aparece cuando el individuo intenta dominar
otros síntomas: el miedo irracional, desmedido, a una situación, objeto o
animal concretos que altera su vida cotidiana. Entre las más perturbadoras está
la agorafobia, miedo a los espacios abiertos o muy cerrados (claustrofobia),
tras el cual se oculta en realidad un miedo desmedido a la muerte o al propio
pánico, y que impide a los que la sufren salir a la calle. Por otro lado, las
obsesiones, neurosis cada vez más frecuentes (frente a la histeria, que ha ido
disminuyendo su frecuencia), consisten en pensamientos, imágenes, impulsos o
ideas repetitivas y sin sentido para la persona, que se ve sin embargo sometida
a ellos. Por último, la compulsión es la tendencia irrefrenable a repetir
mecánicamente comportamientos inútiles, rituales de comprobación o de previsión
(por ejemplo, lavarse las manos más de treinta veces al día o revisar una y
otra vez la llave de paso del gas).
·
OTROS
TRASTORNOS NEURÓTICOS
Además de la depresión neurótica
y otros trastornos ansiosos, hay diversas situaciones que tradicionalmente se
han considerado neuróticas, como la histeria, las reacciones de conversión (de
un conflicto psíquico a una enfermedad orgánica irreal), la hipocondría y los
trastornos disociativos.
Los llamados trastornos
psicosomáticos se caracterizan por la aparición de síntomas físicos sin que
concurran causas físicas aparentes. En la histeria, las quejas se presentan de
forma teatral y se inician, por lo general, en la adolescencia, para continuar
durante la vida adulta. Es un trastorno que se ha diagnosticado con mayor
frecuencia en mujeres que en hombres, y en su extremo —la histeria de
conversión— aparecen parálisis que imitan trastornos neurológicos, de modo
similar al dolor psicogénico que no presenta una causa física aparente. Por
último, en la hipocondría el síntoma dominante es el miedo irracional a la
enfermedad.
Entre las formas disociativas de
trastorno mental están la amnesia psicológica y la personalidad múltiple
(antaño conocida como histeria de la personalidad alternante), una extraña
enfermedad en la que el paciente comparte dos o más personalidades distintas,
alternando el predominio de una o de otra.
n
Psicosis Se
trata de una enfermedad caracterizada por una desorganización de la
personalidad, alteraciones del juicio crítico y de la relación con la realidad,
trastornos del pensamiento, ideas y construcciones delirantes y,
frecuentemente, perturbaciones de la percepción (alucinaciones).
Existen diferentes tipos según exista o no un
agente externo que la pueda desencadenar, y de acuerdo con
las características que manifieste el paciente:
- Psicosis afectiva, también
conocida como maniacodepresiva. En ella se suceden episodios de euforia
con episodios de tristeza.
- P. Alcohólica: Debida al
alcoholismo crónico, es el caso de la P. de Korsakov caracterizada por confusión,
desorientación, amnesia y alucinaciones.
- P. alucinatoria aguda o
delirante aguda: Caracterizada por la aparición repentina de un delirio
transitorio, de tipo múltiple y variable en sus temas
- P. Alucinatoria crónica:
Caracterizada por delirios crónicos
- P. Confusional:
Caracterizada por alteración de la conciencia, desorientación
temporoespacial y delirios.
- P. Esquizofrénica
- P. Infantil: Término que
incluye las psicosis de aparición precoz en la infancia, como el autismo
infantil, la psicosis simbiótica y la esquizofrenia infantil
- P. Idiofrénica u orgánica,
debida a una lesión cerebral
- P. Reactiva desencadenada
por circunstancias vitales o ambientales traumáticas
- P. Tóxica, debida a
sustancia tóxicas
CAUSAS
Los factores que intervienen en todos
estos procesos son de diferente naturaleza:
- Factores genéticos
(predisposición genética)
- Factores psicológicos
(personalidad)
- Factores sociales (ambiente
social que rodea al individuo)
- Factor desencadenante
·
TRASTORNOS
DE LA PERSONALIDAD
A diferencia de
lo episódico de los trastornos neuróticos e incluso de algunos psicóticos, los
trastornos de la personalidad duran toda la vida; determinados rasgos de la
personalidad del enfermo son tan rígidos e inadaptados que pueden llegar a
causar problemas laborales y sociales, daños a uno mismo y probablemente a los
demás.
La personalidad
paranoide se caracteriza por la suspicacia y la desconfianza. La esquizoide ha
perdido la capacidad e incluso el deseo de amar o de establecer relaciones
personales, mientras que la esquizotípica se caracteriza por el pensamiento, el
habla, la percepción y el comportamiento extraños. Las personalidades
histriónicas se caracterizan por la teatralidad de su comportamiento y de su
expresión, relacionadas en parte con el siguiente tipo, la personalidad
narcisista, que demanda la admiración y la atención constante de los demás.
Las personalidades
antisociales (antes conocidas como psicopatías) se caracterizan por violar los
derechos de los demás y no respetar las normas sociales. Este tipo de
personalidad es inestable en su autoimagen, estado de ánimo y comportamiento
con los demás, y los ‘evitadores’ son hipersensibles al posible rechazo, la
humillación o la vergüenza. La personalidad dependiente es pasiva hasta el
punto de ser incapaz de tomar una decisión propia, forzando a los demás a tomar
las decisiones en su lugar. Los ‘compulsivos’ son perfeccionistas hasta el
extremo e incapaces de manifestar sus afectos. Por último, los
‘pasivos-agresivos’ se caracterizan por resistirse a las exigencias de los
demás a través de maniobras indirectas, como la dilación o la holgazanería.
La Esquizofrenia.
Es un trastorno fundamental de la personalidad, una distorsión del
pensamiento. Los que la padecen tienen frecuentemente el sentimiento de estar
controlados por fuerzas extrañas. Poseen ideas delirantes que pueden ser
extravagantes, con alteración de la percepción, afecto anormal sin relación con
la situación y autismo entendido como aislamiento.
La actividad cognitiva del esquizofrénico no es normal, hay
incoherencias, desconexiones y existe una gran repercusión en el lenguaje, pues
no piensa ni razona de forma normal.
El comienzo de la
enfermedad puede ser agudo, es decir, puede comenzar de un momento para otro
con una crisis delirante, un estado maníaco, un cuadro depresivo con contenidos
psicóticos o un estado confuso onírico. También puede surgir de manera
insidiosa o progresiva.
La edad de inicio promedio
es en los hombres entre los 15 y los 25 años, y en las mujeres
entre los 25 y los 35 años. No obstante puede aparecer antes o después, aunque
es poco frecuente que surja antes de los 10 años o después de los 50 años.
La prevalencia de esta enfermedad se sitúa
entre el 0'3% y el 3'7% dependiendo de la zona del mundo donde estemos. Se ha
observado una cierta prevalencia hereditaria, si uno de los padres padre padece
esquizofrenia el hijo tiene un 12% de posibilidades de desarrollar dicho
trastorno y si ambos son esquizofrénicos el niño tiene un 39% de
probabilidades. Un niño con padres sanos tiene un 1% de posibilidades de
padecer este trastorno, mientras que un niño con un hermano con este desorden
tiene un 8% de probabilidades. Por tanto las causas de la esquizofrenia son
tanto bioquímicas como ambientales.
SINTOMAS
Exceso o distorsión de las funciones normales como:
- Alucinaciones:
percepciones que no existen que pueden ser auditivas, visuales, táctiles,
olfativas o gustativas (las 2 primeras son las más comunes).
- Ideas
delirantes: alteraciones del pensamiento, ideas falsas e irreductibles al
razonamiento argumental.
- Lenguaje
desorganizado e incoherente (suelen ser ideas de persecución, de grandeza,
religiosos, de celos e hipocondríacos).
- Comportamiento
gravemente desorganizado (agitación, incapacidad de organizarse y de
mantener la higiene personal) o catatónico (con una disminución de la
actividad física y motora hasta llegar a una falta total de atención y
rigidez).
- Abulia o
apatía: falta de voluntad, incapacidad para persistir o para iniciar una
actividad.
- Anhedonia:
incapacidad para disfrutar de los placeres.
TRATAMIENTOS
Por lo general, y al igual que
las otras enfermedades mentales, la esquizofrenia se trata con una combinación
de terapias, creadas especialmente de acuerdo a los síntomas y necesidades del
paciente.
El mejor tratamiento para la esquizofrenia es la
administración de medicamentos antipsicóticos bajo la supervisión de un
psiquiatra, ya que la enfermedad se relaciona con un desequilibrio bioquímico.
Estos medicamentos reducen las alucinaciones, los delirios y los pensamientos
revueltos, pero muy pocos tratan adecuadamente el aislamiento social y la
apatía característica de la esquizofrenia.
Como ocurre con todos los medicamentos, las medicinas
antipsicóticas tienen efectos secundarios. Algunos desaparecen con el tiempo,
como sequedad en la boca, vértigo, somnolencia y estreñimiento. Otros efectos
son agitación, temblores, espasmos musculares, calambres y rigidez. Un efecto
secundario irreversible es la diskinesia, que causa movimientos anormales en la
boca, cara y luego en los brazos y piernas.
Muchos de estos efectos secundarios pueden atenuarse o
evitarse cuando se los reporta al psiquiatra. No se debe dejar de tomar los
medicamentos de golpe, aumentar las dosis o tomar otros medicamentos al mismo
tiempo sin consultar con el médico. Dichos cambios podrían causar una recaída u
otros problemas serios.
Los medicamentos se recetan a través de la etapa de
remisión de la enfermedad para prevenir una recaída. A pesar de que una recaída
puede ocurrir aún cuando se están tomando los medicamentos, éstos mismos
brindan la mejor protección contra una recaída en el futuro.
La psicoterapia y otras terapias de apoyo abordan las
respuestas emocionales y prácticas a estas enfermedades y típicamente se
recomiendan paralelamente la medicación.
Las alucinaciones, los delirios y el aislamiento causados
por la esquizofrenia pueden perjudicar las relaciones de una persona con los
demás, su vida diaria, su crecimiento espiritual y su habilidad para realizar
un trabajo. La psicoterapia individual ayuda a los pacientes a comprender sus
emociones y hacer frente a sus problemas con más confianza y en una forma más
sana. La terapia de grupo les permite a los pacientes aprender a actuar
socialmente y obtener apoyo emocional en tiempos difíciles al mismo tiempo que
ellos les brindan apoyo a los demás.
La terapia ocupacional ayuda a los pacientes a volver a
realizar sus tareas diarias y rutinas, que podrían haberse visto impedidas
debido a la enfermedad mental. La terapia de actividades se concentra en los
problemas a través de actividades recreativas y de grupo.
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Denuncian al gobernador De la Sota por desamparo a enfermos psiquiátricos
La denuncia también involucra al director de Salud Mental, Osvaldo
Navarro; al ministro de Salud, Carlos Simon, "y a todo funcionario con
grado de responsabilidad".
Córdoba
Córdoba
La presentación se realizó ante la Fiscalía General de la Provincia,
confirmó el asistente letrado de la legisladora, Carlos Nayi.
La denuncia involucra al gobernador José Manuel de la Sota; al
director de Salud Mental, Osvaldo Navarro; al ministro de Salud, Carlos
Simon, "y a todo funcionario con grado de responsabilidad", dijo Nayi.
Montero reclamó por "el estado de desamparo material y/o moral en que
se encuentran cientos de pacientes que padecen trastornos mentales y
que están en situación de riesgo con problemas de salud mental".
El abogado denunció que esos pacientes "son objeto de destrato,
abusos sexuales, violación de los derechos humanos y víctimas de
hacinamiento no compatible con la condición humana".
La legisladora advirtió sobre "el riesgo para la salud física,
psíquica y la vida misma de estas personas, frente a la actitud de
indiferencia de la clase dirigente y los funcionarios con grado de
responsabilidad".
Asimismo, denunció que "las condiciones de internación de los
internos violan expresas disposiciones normativas, no recibiendo una
atención sanitaria, social integral y humanizada, atentando contra la
integración familiar, laboral y comunitaria de estas personas".
En la presentación aludió a "la convivencia de enfermos que necesitan
tratamientos específicos con los judicializados imputados por
homicidios, robos con portación de armas, abuso sexual a menores y
violaciones con acceso carnal".
La legisladora, en declaraciones periodísticas, relató la impresión
que le causó su visita de días pasados al pabellón psiquiátrico Colonia
Alborada del Hospital Domingo Ceballos de Bell Ville, ubicada a 226
kilómetros al sur de la ciudad de Córdoba.
"Es el túnel del horror, algo abominable e impensable desde la razón.
Se te pone la piel de gallina, querés vomitar, no podés respirar. Es
algo muy fuerte para el cuerpo. La imagen que se me venía era la de los
campos de concentración. No exagero, esto es lo que vi en Bell Ville",
denunció Montero.
La legisladora resaltó que sólo tres enfermeras atienden a 80
pacientes, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda
uno cada ocho.
Ingresado en la Quinta de Reposo
Los familiares del joven discapacitado denuncian que el chico se despertó "amarrado", en la Quinta de reposo de Santa Brígida.
ELISA ARDOY.
Según le han explicado los sanitarios a sus
familiares, Víctor, que tiene una discapacidad de un 65 por ciento, tuvo
una crisis el lunes por la tarde cuando viajaba en guagua con otros
compañeros, una situación que continuó cuando llegó a su centro. Al día
siguiente fue trasladado primeramente al Hospital Doctor Negrín y luego a
la Quinta de Reposo donde todavía no se sabe cuánto tiempo estará
ingresado. Por su parte, los responsables del hogar Adepsi, asociación
que trabaja para integrar a las personas con discapacidad intelectual,
no han querido hacer declaraciones al respecto.
Sus más allegados se muestran muy disgustados con la noticia de que
permanezca ingresado en la Quinta de Reposo, ya que consideran que hay
otras opciones en caso de crisis, como la Unidad de Internamiento Breve
del Hospital Doctor Negrín.
El joven discapacitado Víctor M. M., que creció en centros de menores
bajo el amparo de las instituciones canarias y que cuando cumplió la
mayoría de edad fue expulsado del hogar de acogida, está ingresado desde
el pasado martes en la Quinta de Reposo de Santa Brígida tras sufrir
una crisis. Su familia denuncia que no es el lugar adecuado para el
joven, que según un auto judicial del pasado mes de octubre, debe
pernoctar en el hogar Adepsi, acudir cada día al Centro de Educación
Especial Civitas (donde también va su hermano Miguel) y pasar los fines
de semana en su casa.
Al enterarse de la
noticia, sus familiares fueron a verlo el jueves por la tarde a la
Quinta de Reposo. Allí se encontraron a un joven "triste" y "tembloroso"
que no hablaba casi nada, sólo repetía que cuando se despertó se
encontraba "amarrado". Su madre, María Melián, se muestra muy preocupada
porque Víctor había dicho en varias ocasiones que si alguna vez era
encerrado se "cortaría las venas" y lo mandaría todo "a la mierda".
"Algo pasó con su cuidadora el lunes por la tarde y a él parece que le
dio una crisis, pero por muchos problemas que tuviera ese no es lugar
para él porque allí el resto de pacientes está mucho peor. Lo van a
volver peor de lo que está", lamenta Juan Ojeda, compañero sentimental
de la madre.
Los familiares critican que nadie les haya informado
de la situación del joven, natural de Arucas, y que a todas las
preguntas que plantean sólo le responden diciendo que vuelvan a llamar
el próximo lunes. "Estamos muy preocupados. No podemos pegar ojo. No se
merece que lo traten así, que lo tengan atado como si fuera un
delincuente. Él no ha hecho nada", asegura Ojeda. Sus parientes temen
que finalmente pase las navidades "encerrado" con la "ilusión" que le
hacía poder pasar por fin unos días en familia.
Fuentes: http://www.laprovincia.es/las-palmas/2011/12/17/victor-ingresado-quinta-reposo/424010.html?utm_source=rss
Los familiares de enfermos mentales se sienten sin apoyo
ELISA ARDOY
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA Hace 25 años la Ley General de Sanidad cerraba los psiquiátricos y reintegraba en la sociedad a los enfermos mentales. En teoría, el objetivo era que estos pacientes pasaran de estar encerrados en malas condiciones a recibir un tratamiento adecuado, pero en la práctica, la falta de recursos los ha dejado "desamparados", tal y como denuncian los familiares.
La Asociación Canaria de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (AFES) reclama, 25 años después, el cumplimiento integral de esta ley, así como una serie de mejoras en la atención recibida.
De hecho, sostiene que muchas personas con enfermedades mentales no acceden hoy en día a ningún tipo de tratamiento ni reciben apoyo social y en la gran parte de los casos son las familias las que se hacen cargo de ellos.
"Estas personas están desprotegidas. Si no estuviéramos las asociaciones y los familiares, no tendrían opción. La asociación mejoramos su calidad de vida, le damos herramientas para integrarse en la vida laboral y en la sociedad, es decir, hacemos el trabajo de las administraciones", denuncia Carmen Notario, presidenta de AFES que cuenta con unos 600 socios.
Casos como el de Vítor M. M., un joven discapacitado que pasó toda su vida en centros de acogida y que espera ahora un lugar adecuado para vivir, es un ejemplo de la falta de recursos de las administraciones públicas.
"Lamentablemente no tenemos una estadística de estos casos, pero sabemos que hay muchas personas que se encuentran desamparadas y sin familia que pueda hacerse cargo de ellos", apunta Notario, que recuerda que cada vez las personas más jóvenes sufren problemas mentales, sobre todo, por culpa de las drogas.
Reforma
"La reforma en Salud Mental fue buena y conllevó resultados bastante positivos, pero faltaron los recursos intermedios", sostiene José Luis Guerra, gerente de la "Quinta de Reposo de Santa Brígida", centro privado que acoge a unos 85 pacientes.
"Se deberían haber puesto primero los recursos y luego empezar con la reforma. Lo que es indudable es que había que salir de esas oscuras estructuras de encerramiento. Si tenemos un estado de bienestar serio, las administraciones tienen la obligación de velar para que estas personas disfruten de sus derechos", concluye el responsable del centro.
Fuentes: http://www.laprovincia.es/las-palmas/2011/12/27/familiares-enfermos-mentales-sienten-apoyo/426115.html
domingo, 26 de enero de 2014
Mecanismos legales para denunciar una negligencia médica
Ante una negligencia médica se ha de interponer una reclamación y abrir un proceso legal por vía civil o penal.
Por ley todos los pacientes, tanto de centros públicos como privados,
tienen derecho a presentar una reclamación e incluso denunciar una
negligencia médica. Existen distintas fórmulas y pasos para interponer
la denuncia, abogados especializados y asociaciones en defensa del
paciente.
Asesorarse y reclamar
- Existen dos vías para asesorarse ante una negligencia médica: las distintas asociaciones de defensa del paciente y los abogados especializados. Las asociaciones a su vez tienen una guía de abogados adheridos para hacer un seguimiento de todo el proceso jurídico y administrativo de sus asociados durante el proceso legal.
- Ante una posible negligencia médica el afectado debe abrir un proceso de reclamación en el Colegio de Médicos de la provincia que le corresponda y solicitar la apertura de un expediente disciplinario contra el médico. En caso de tratarse de una negligencia en un centro privado lo primero es mandar una queja escrita al responsable legal del centro y al médico. Si no existe acuerdo, el afectado puede denunciar una negligencia médica o interpelar a los servicios de la comunidad autónoma correspondiente.
- En todo caso, el demandante debe saber antes de empezar con el proceso legal que en cualquier momento del procedimiento podrá reclamar al propio juez en el Consejo General del Poder Judicial por imparcialidad o sentencia desfavorable a través de un recurso de apelación o casación, según el caso.
Exigir responsabilidades
- Con la reclamación del Colegio de Médicos provincial se puede optar a la denuncia judicial. Existen tres vías para denunciar una negligencia médica: la civil, la penal y el contencioso administrativo. En caso de fallecimiento o lesiones graves por negligencia médica la vía adecuada para recurrir es la penal. A través de ella se puede lograr la inhabilitación profesional del médico negligente e incluso una pena de cárcel.
- Para negligencias menores la mejor opción es la vía civil por su eficacia. A través de ella se opta a una indemnización tras denunciar una negligencia médica que será exclusivamente pecunaria. En caso de salir absuelto el médico será el demandante quién se haga cargo de las tasas y los gastos del proceso judicial por denunciar la negligencia médica.
- Por último queda la opción contencioso-administrativa, que sirve para los casos de negligencias en hospitales públicos. Esta vía es exclusivamente para la responsabilidad de la Administración, por lo que exige el uso de un procurador.
- De todas ellas la vía penal es el procedimiento legal más efectivo y económico para formalizar y llevar a cabo un juicio por negligencia. Sin embargo, para otros errores médicos sólo están disponibles las vías civil y contencioso-administrativa.
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