Según ha informado la Asociación del Defensor del Paciente, la
familia ya ha recibido la indemnización y ha explicado que los padres
llevaron a su hijo, con fiebre y tos de varios días, al Servicio de
Urgencias del centro privado, donde se le realizó un diagnóstico
incorrecto desde el primer momento.
"Todos los signos que presentaba el niño eran claros de una
infección respiratoria, incluso se veía en la RX que le hicieron al
ingresar. Sin embargo, se le diagnosticó de broncoespasmo. No fue
tratado en ningún momento con antibióticos y se le dio únicamente
oxígeno y nebulizadores. No se le controló con ninguna analítica ni
placa de control", añaden.
El estado del menor empeoraba y pese a ello no se decidió realizar
las pruebas para diagnosticar la neumonía que presentaba. Según
argumentó la defensa de los padres, "el retraso en el diagnóstico y en
el tratamiento fue vital para el niño y una actuación conforme a los
protocolos hubiera evitado el fallecimiento".
El diagnóstico incorrecto hizo que ninguno de los pediatras
posteriores (hasta cinco distintos), se replantease el mismo hasta que
la situación del menor se hizo de extrema gravedad, momento en el que se
decidió su traslado a otro Hospital privado del mismo grupo. Cuando
ingresó, su estado era muy grave y falleció a las pocas horas.
El perito judicial reconoció que nunca se diagnosticó la neumonía
pese a estar presente desde el ingreso, ya que se deberían haber
repetido las pruebas diagnósticas durante el ingreso y no se hizo nada y
el día del fallecimiento, se dilataron las pruebas y la actuación
terapéutica hasta 7 horas pese a la situación de urgencia que
presentaba.
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