Una clínica privada de Madrid,
condenada a indemnizar a una paciente murciana con 140.000 euros por una
desastrosa operación de cirugía estética.
09.05.14 - 01:24 -
LA VERDAD | MURCIA.
María ha pasado por un auténtico infierno desde el día en que entró en
el quirófano de una clínica privada de Madrid para operarse de una
lipodistrofia en la espalda, una pérdida de tejido adiposo que en su
caso se produjo como efecto secundario del VIH. Fue en 2007, y todavía
hoy conserva las secuelas físicas y psíquicas de aquella intervención.
El cirujano no solo le realizó una liposucción para corregir la
lipodistrofia. También le practicó una abdominoplastia y una maxtopexia
(levantamiento y reafirmación de mama), con la colocación de prótesis.
El resultado fue desastroso. Así se desprende de una sentencia del
Juzgado de Primera Instancia número 16 de Madrid que ha condenado al
centro sanitario a indemnizarla con 140.000 euros. La Asociación
Defensor del Paciente denuncia que su caso no es único, y que el
cirujano que intervino a la paciente murciana acumula decenas de
denuncias.
María -prefiere ocultar sus apellidos- acudió a Madrid porque el
Servicio Murciano de Salud no cubría su operación de lipodistrofia. «Yo
fui para eso, pero allí me animaron a que me hiciese también la
abdominoplastia y la maxtopexia. Me lo pusieron todo tan bonito que
acepté», relata a 'La Verdad'. Sin embargo, según la sentencia, el
consentimiento informado no fue el adecuado. «No consta que se informara
del riesgo añadido de someter a la paciente a cuatro intervenciones
quirúrgicas en un solo acto, ni del riesgo añadido derivado de la
infección por VIH».
Una vez en el quirófano, las cosas no salieron
bien. «Estuve a punto de morir, y todavía me quedan dolores terribles»,
señala María. La sentencia subraya «el resultado frustrado de la
operación debido a la mala praxis». Especialmente catastrófica fue la
abdominoplastia. El dictamen pericial incluyó fotos en las que «pueden
verse las dos manos de uno de los cirujanos traccionando del colgajo
superior hacia abajo y la mano del otro cirujano empujando el pubis
hacia arriba, no consiguiendo, pese a dicha maniobra, aproximar los
bordes, faltando más de diez centímetros». Dicho de otra manera,
cortaron demasiado. Como resultado de ese fallo, y de una «importante
hemorragia con anemia grave de más de doce horas», se produjo necrosis.
Ese resultado era, señala la sentencia, inevitable «fruto de una
incorrecta y grosera realización técnica». Pero tampoco la maxtopexia
salió precisamente bien: quedaron «secuelas en areolas no mejorables».
«El escaso tiempo dedicado a las tres grandes
cirugías y las evidencias de gruesa técnica inadecuada son la causa
directa de las graves complicaciones sufridas por la paciente», resume
el titular del juzgado de Primaria Instancia número 16 de Madrid.
María pasó los dos años siguientes a la operación
prácticamente sin moverse, encamada y haciendo frente a graves secuelas.
Tuvo que volver a entrar al quirófano «porque me tenían que coser de
nuevo el abdomen y reconstruirme el ombligo». Todavía hoy presenta
«dolor persistente», subraya la sentencia. «Desde el pecho hasta las
ingles, sufro de muchos dolores. Tengo la piel como si fuese corcho, y
además no puedo ir derecha», resume.
Ignacio Martínez, abogado de la Asociación
Defensor del Paciente, recalca que «se da la circunstancia de que el
cirujano plástico que intervino acumula decenas de denuncias en los
juzgados» y «ha sido condenado en varias ocasiones». La Sociedad
Española de Cirugía Reparadora y Estética (Secpre) ha pedido a la
asociación que le remita todas las denuncias, y no descarta abrir un
expediente.
Fuentes: http://www.laverdad.es/murcia/v/20140509/region/estuve-punto-morir-todavia-20140509.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario